Un mundo diferente - el viaje a San Martín

Nuestro viaje a San Martín era una excursión interesante en cómo lo nos mostraba un pueblo que contraste mucho a la ciudad de Madrid. No pensaba que caminar por el "bosque" valía la pena, pero el pueblo era impresionante. Más que todo, me impresionaba cómo vacío estaba el pueblo cuando estábamos alli. No veía más de diez personas esa tarde, literalmente. Eran las tres o cuatro de la tarde, y por eso es posible que estuvieran trabajando o estuvieran adentro sus casas para la siesta, pero casi nadie estaba en las calles. Eso es una diferencia cruda entre San Martín y Madrid - Madrid nunca duerme. Siempre hay gente en las calles, tiendas abiertas, y coches tocando el claxon. Me gustaba disfrutar un poco quietud por un tarde.

Pero por la falta de personas, no puedo comentar mucho sobre el tipo de vida que viven, que hacen durante el día o en cuales ocupaciones trabajan. Creo que trabajen más en negocios pequeños, que han sido pasado de generación a generación, o tal vez conmuten a otros sitios con más industria y comercio.

Una cosa que recuerdo claramente cuando estábamos afuera de la iglesia en San Martín, una vieja estaba mirándonos y parecía un poco sorprendida ver un grupo de “turistas” en su pueblo, porque a mi no me parecía como una atracción turistica muy común. Cuando llegó nuestro autocar, parecía como una elefante en una habitación pequeña. No hay ninguna persona en la calle, salvo la vieja, y aquí está este autobus enorme. Pensaba que estaba un poco raro ver, y creo que ella estaba de acuerdo.